Llegaste al desierto persiguiendo
gaviotas.
Fingiste ver el mar en cada grano de arena.
Creías
engañar vistiendo guantes de algodón.
Vivías encerrado en
un mundo que no te pertenecía.
Tras las esquinas quemabas relojes
para secuestrar el tiempo.
Te coronaste ladrón de momentos,
rey
de nada.
Tú tejiste esa red.
Tú te clavaste a la
cruz.
Tú
tienes
la
CULPA.
Muy ilustrador. Te acabo de descubrir y me ha gustado... mucho.
ResponderEliminarUn saludo.